En 2011, después de invadir de manera bienintencionada una instalación automotora abandonada en New Hampshire me encontré con artefactos industriales viejos de iluminación. Me los llevé a casa, los recablee y pasé unas semanas tomándoles fotos y creando un sitio web, finalmente los dejé sueltos por internet. Lo siguiente que supe fue que uno de los mayores blogs de diseño interior presentó mi trabajo y de inmediato vendí todo. Con una afluencia repentina de clientes de carne y hueso provenientes de todo el mundo, comenzó mi recorrido – me sumergí de cabeza en el fascinante mundo del diseño lumínico y nunca miré atrás.
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