Hace sólo cinco años que Xavier Mañosa montó Apparatu y en tan corto espacio de tiempo ha conseguido posicionarse como uno de los más interesantes ceramistas del momento. Por aquella época se encontraba instalado en Berlín. Quizá coger perspectiva le sirvió para terminar dedicándose a lo que desde pequeño había visto hacer a sus padres y que había rechazado por rebeldía durante su formación como diseñador industrial. Lo interesante en su caso ha sido la combinación de ambos factores. Su perspectiva y afán por experimentar como diseñador más el conocimiento del oficio por el entorno familiar. Lo que distingue a Mañosa como ceramista contemporáneo es fundamentalmente su atrevimiento a la hora de mezclar materiales y de explorar nuevas expresiones formales. Otra cuestión que Xavier Mañosa aborda desde el inicio, que es manifestación evidente de su formación como diseñador y de su pertenencia a una generación digital, es la puesta en escena de su obra. Por un lado, se define como marca. Por otro, da visibilidad a su trabajo a través de una web y de su participación en innumerables eventos dentro y fuera de España.
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